Instituto Privado Deán Funes fundado por Serafina Reynoso de Ferreyra en 1971, este establecimiento de nivel medio que otorgaba el título de “Perito Mercantil”. Al principio, funcionaba en las instalaciones de la Escuela Provincial “Fray Justo Santa María de Oro”, cuyas autoridades gentilmente prestaban el edificio durante la noche para que el instituto brindara su servicio.
En el año 1993, las escuelas nacionales fueron transferidas a la provincia. Luego, la reforma educativa de 1996 determina la secundarización del séptimo grado de la escuela primaria, con lo cual el nivel medio pasó de cinco a seis años y trajo como consecuencia la prohibición de que los niños de 12 años que ingresaban a la escuela secundaria lo hicieran en colegios nocturnos, por lo que las inscripciones del año 1997 no se podían realizar, hecho que significaba el cierre paulatino del Instituto, que contaba en ese momento con 180 alumnos.
El planteo de tal situación fue comprendido por la Dirección de Institutos Privados de Enseñanza (D.I.P.E.), que otorgó una prórroga de dos años para subsanar el problema planteado. Así fue que en el año 1999 nos trasladamos a nuestro propio edificio con solo tres aulas y dos baterías de baños, donde se dictaban clases en el turno mañana a los cursos más bajos y a los nuevos ingresantes. En ese tiempo funcionábamos desdobladamente en dos edificios y en diferentes turnos. Posteriormente, en el año 2000, nos trasladamos definitivamente a nuestra sede y comenzamos, de manera progresiva, a abrir divisiones por la tarde. Hoy contamos con dos turnos, mañana y tarde, a los que concurren 580 alumnos.
El paso de 180 a 580 alumnos significó un crecimiento sostenido en la infraestructura de nuestro nuevo edificio, que hoy cuenta con ocho aulas, sala de profesores, dos preceptorías, gabinete de computación, biblioteca, tres oficinas donde funcionan la administración, la secretaría y vice dirección, y la dirección; dos baterías de baños, cantina y un patio techado con escenario para los actos.
No solo crecimos físicamente, sino que educativamente año a año fuimos mejorando nuestro nivel académico para dar respuesta a las diferentes demandas de la comunidad educativa. Aún no saciamos nuestras ansias de crecer, pero hoy estamos abocados únicamente al crecimiento educativo, procuramos superar año a año los niveles de calidad alcanzados y no nos detenemos. Nuestra historia fue vertiginosa pero todavía quedan muchas páginas nuevas que seguramente nos llenarán de orgullo a todos y a cada uno de los que formamos parte de esta hermosa institución, porque cada día estamos dispuestos asumir el desafío de EDUCAR.
